domingo, 19 de abril de 2015

DESAFÍO LURBEL - CALAR DEL RÍO MUNDO 2015

Bueno, tras unos meses de parón es hora de retomar el blog. 
La verdad que me da pena no haber escrito sobre las pruebas que he hecho desde enero hasta hoy, pero en ocasiones hay que dar prioridades... Atrás dejo en enero el cros nocturno de Sax estupendo como siempre, una de mis carreras populares preferidas, y este año especial al poder acompañar a Marta en su primera carrera.  Por otro lado dejo atrás dos medias maratones preciosas, Sierra del Coto y Yecla, acompañada de Bea y Rubén, un placer poder  aprender de los maestros...


Y sin más los 25k de Riopar. Carrera increíble, preciosa y en gran compañía. 
Partimos hacia Riopar una expedición de 27 desde diversos puntos de España, Alicante,  Pinto,  Brunete...  Algunos ya conocidos de otras aventuras, otros por el momento desconocidos, pero hicimos piña en la primera cena. Unos aportaron la tortilla, otros empanada, la pasta y la cerveza no podía faltar en un encuentro como éste...  Y pronto a dormir, porque a la mañana siguiente unos haríamos el 25k y otros el 45k.

El ambiente tanto el día de antes como en la salida increíble. En este caso nosotros corrimos los 25k (Mariu, su hermano y cuñados y yo). Gran alegría al encontrarme en la salida a Lorena y otros conocidos. 


Mañana lluviosa pero de temperatura agradable para correr, ambientada,  todos con ansiosas ganas de tomar la salida, y por fin pistoletazo de salida a los casi 1000 corredores de la 25k.
Primer kilómetro rápido, hasta el primer gran tapón, pero ya se sabe 1000 personas en una senda... Era de esperarse. Dani se echa fuera del camino y avanza camino, yo lo sigo, primera bajada y me doy cuenta que no todos hemos podido avanzar,  así que espero a los demás.


Subida preciosa y dura, húmeda por la lluvia del día anterior, algo nublada, un poco lluviosa,  con algunos claros que grababan a fuego en mi retina estampas mágicas, verdes, zonas despejadas de vegetación en las que penetraba un rayo de luz, que mezclado con la lluvia fina mis brindaban una postal única. 
Tras la primera subida llega la primera bajada,  rápida, técnica, resvaladiza... Y no puedo evitar la tentación de dejarme llevar... 
A partir de ahí sola, tocamos pistas y más senderos mágicos... Hasta la subida a las antenas en el paso del Padroncillo. Una subida dirísima, técnica y muy empinada, se percibe que el camino esta abierto desde hace poco, limpio y tierra marrón recién removida, colocamos las manos en la rodilla, agachamos la cabeza y hacia arriba, paso lento y costoso, piedra suelta, tierra, pino... Poco a poco la vegetación va desapareciendo, y levanto la vista... BUAH! vistas brutales, todo el valle bajo nuestros pies, ¡qué pequeños somos! 
De repente unas rachas de viento brutales de unos 60km/h, la visera por poco se vuela, me veo obligada a sacar el cortavientos de la mochila, un paisaje lunar espectacular, zona de crestear un poco y descender poco a poco por el segmento más técnico de toda la carrera de 25k, una vez más me echo a un lado y me dejo llevar, saltando de piedra en pieza, firme y con tacto pero disfrutando. Tramos imposibles con voluntarios entregados. 


Finalmente pista hasta meta. 
Llegada gratificante con un ambiente excelente.

Por poner algún fallo a la carrera mencionaremos que el hecho de cruzarnos con los senderistas en sentido inverso fue algo engorroso en los tramos de senda estrecha, algo peligroso en algún tramo, y muy pesado para ellos,  ya que tuvieron que dejar paso a más 1000 corredores. Por otro lado los avituallamientos de los corredores, en los últimas a penas quedaba nada para ellos. 

¡Nos vemos pronto en la próxima!